A lo largo de estas semanas hemos observado a nuestros nuevos vecinos. La cigüeña negra (Ciconia nigra) es una especie de tamaño y morfología muy similares a los de la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), pero además del plumaje totalmente distinto, sus hábitos difieren mucho de los de su congénere, mostrándose muy esquiva y evitando las zonas humanizadas. Lo cual es extraño porque aquí en Monzalbarba, sus nido se encuentran en la Torre Mudéjar, situada en la Plaza España, zona de bares y restaurantes, y por lo tanto muy concurrida de personas.
Suele vivir en los robledales y en los bosques de pinos y alcornoques o, por el contrario, también en zonas deforestadas. En ambos casos es fundamental que haya agua abundante (ríos, embalses, charcas, etc.).
Son especies propias de Eurasia y África, y como hemos dicho, es más rara, más silvestre y más solitaria que la cigüeña blanca y como hemos comentado, rehúye la compañía humana. En sus migraciones es capaz de volar entre 100-250 km diarios, aunque hay ejemplares que llegan a los 500 km.
Se ha observado a cigüeñas negras matar a uno de sus polluelos en épocas de falta de alimento, generalmente al más pequeño. Al reducir el tamaño de la nidada se incrementa las oportunidades de supervivencia del resto de polluelos. Los polluelos de cigüeña no se atacan entre ellos, y el método de alimentarles de sus padres (regurgitando gran cantidad de alimento a la vez) no permite que los polluelos más fuertes se puedan imponer a los débiles, por lo que el infanticidio paternal es una forma eficiente para reducir el número de bocas a alimentar. En cualquier caso, este comportamiento no se observa de forma corriente.




España dispone de alrededor de 346 parejas de cigüeña negra, según SEO/BirdLife, que alerta del declive importante de la especie, y tener varios ejemplares rondando por el barrio es un lujo.
Es toda una curiosidad, y por su escasez, quién sabe cuál será la última vez que la veamos…
Una cosa si esta clara, estos ejemplares se ven hermosos y no creemos que vayan a ser un problema, ya que las cigüeñas no suelen ser agresivas entre ellas, siempre y cuando se respeten los nidos.
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